Ayer fue la entrega. No salió como esperaba.
Mi profesor me ha dado una semana para encuadernar lo que tengo dibujado, así que lo que va a salir por la imprenta al final va a ser solamente la historia hasta el nudo. Procuraré contar lo que queda de argumento, para que se entienda el proyecto de principio a fin, con su mensaje.
Pero esto no es un problema.
Superada la primera decepción, un trago muy amargo de realidad (al fin y al cabo, estoy en la Universidad, y las fechas de entrega son inamovibles); estoy decidida a acabar la historia. No quiero dejar a nuestros cuatro amigos en el limbo, en medio del camino que separa una edad de otra. Así que el final de todo esto será dulce, porque pienso volver a dibujar en cuanto tenga un poco de tiempo... y, quien sabe, quizá trabajando con esa calma salgan resultados más interesantes.
Isa, Nacho, Luci, Jaime: son como mis hijos. Me han traído mucha ilusión, y, de algún modo, todo el cariño que les daba yo, ellos me lo han devuelto...
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