viernes, 9 de octubre de 2020

Willy Milly... una película de cambio de sexo que no cambia nada

 Hoy he visto una película americana de cambio de sexo, llamada Willy Milly de 1986, y que está basada en la novela homónima de Alan H. Friedman. También se la conoce por los nombres "Something special" y "I was a teenage boy". La conocí a través del libro Masculinidad femenina, de Judith / Jack Halberstam. La verdad es que, en algunas webs en las que he visto información sobre ella, la anuncian como "la primera película de adolescentes trans" y me parece irónico, porque la mirada que dirige la historia dista bastante de reivindicar lo trans. Se trata de una comedia norteamericana hecha para que el público cishetero pueda verla un sábado por la tarde sin que tiemblen los cimientos de su sistema sexo-género.



Trailer de la película


Milly era un chicazo...

Nuestra heroína se llama Milly y es una chica adolescente bastante masculina, lleva media melena, pantalones y le gusta mirar las estrellas y eclipses desde el tejado con su telescopio. Se siente incómoda con los roles de género femeninos, por ejemplo cuando ha de ponerse vestido y maquillarse para ir a una fiesta con su amiga Stephanie. Me sentí muy identificada con el momento en el que su madre les echa una foto para recordar ese momento en el que su hija se ha disfrazado de princesita. A Milly no le gusta que su madre le presione para ser más femenina y retomar el ballet, ni que su padre solo le deje salir hasta las diez. Cree que los chicos lo tienen más fácil que las mujeres en la vida, tienen más libertad y se los respeta más (efectivamente, se llama patriarcado).





Aquí viene la parte de magia: en un eclipse solar, Milly hace un conjuro para conseguir su deseo más profundo. Y, a la mañana siguiente, se despierta con algo nuevo entre las piernas. En la escena en la que sus padres la llevan al médico, la médica les explica que su hija tiene ambos sexos. La imagen que se me ha venido a la mente es la del hermafrodita. Aunque en esta historia no se considera la posibilidad de la intersexualidad: cuando la madre pregunta a los doctores qué hacer, la médica le responde que tendrá que elegir. Y Milly hace esta pregunta valiente: "¿puedo ser ambas cosas?". Respuesta del padre: "en esta casa no habrá tonos de gris". Las cosas claras, o eres una chica y eres femenina y te gustan los chicos, o eres un chico, eres masculino y te gustan las chicas. Solo pueden existir dos sexos. Ese binarismo de sexo y de género unido a la heterosexualidad obligatoria es la base que rige la película, y como iremos viendo, el guión se las apaña para rechazar cualquier intento de atacar los cimientos del patriarcado por parte de Milly.





Rituales de masculinidad

He visto tantas veces en la televisión las historias mainstream de cómo hombres y mujeres llegan a asumir los roles de género para convertirse en engranajes funcionales de nuestra sociedad que esta parte me ha dado un poco de risa. Pasado el disgusto inicial, los padres deciden apoyar el cambio de Milly a Willy - resulta que el padre siempre había querido tener un hijo, y la madre hace todo lo que el padre dice, porque él es el que manda en la casa. La película reproduce los estereotipos de género uno tras otro: adiós muñecas y vestidos de ballet, hola pósters de naves espaciales y funda nórdica de equipos de deporte. Sus tareas de casa cambian: ya no tiene que fregar los platos, ahora le toca sacar la basura. Hasta le dan el típico reloj heredado de padre a hijo - que digo yo, también lo podría haber usado como chica... pero bueno...

Reconozco que ha habido algunas partes de esta masculinización con las que me he enternecido e identificado, como cuando Willy le dice a su amiga que siente que hay una parte de sí misma que nunca había visto. O el montaje a ritmo de blues en el que se viste con prendas "masculinas", como pantalones largos, una cazadora azul y unos calzoncillos. Cuando aparece en la cocina vestido de chico, con su nuevo corte de pelo, y su padre le dice "buenos días, hijo", " Willy sonríe de oreja a oreja. Es una sensación maravillosa cuando otras personas ven la parte de ti que ha estado escondida tanto tiempo.




Sin embargo, hay otras partes de su proceso de masculinización que me han dado bastante grima, y hasta risa. La familia cambia a Willy de instituto, para que pueda empezar de cero como chico, sin dar explicaciones a nadie sobre el cambio de género y sexo; y éste se junta con los "pringados" del instituto. Una panda de chicos majos, un poco tontos, bastante normales. El chico con el que mejor se va a llevar es Alfie, que tiene una lesión y va en una silla de ruedas con motor. Quedaos con el nombre de Alfie. El caso es que el primer día de clase, Willy hace amigos y enemigos, porque tiene un encontronazo con el matón del instituto y sus secuaces. Hasta ahora, nadie le había pegado, porque "está feo pegar a una chica", pero al entrar en el mundo de los hombres, se encuentra con la violencia y las luchas de poder. Cuando llega a casa con la oreja vendada, a su padre se le sube la testosterona a la cabeza y empieza un ritual para convertirlo en un hombre. Se lo lleva al garaje y le dice: ser un hombre es agresividad, independencia y superioridad. Mientras le ata los guantes de boxeo, le dice que no le llame "papi", sino "pop" (sería una expresión más guay, no sé cómo traducirlo) y le sube la paga. ¡Toma ya! Qué pronto ha vivido Willy/Milly la brecha salarial. Y también aprende que no debe pedir perdón, porque "ser educado es un signo de debilidad". Así que Willy tiene que aprender a decir palabrotas y ser un tipo duro. Las escenas en las que Stephanie le ayuda a intimidar a su enemigo con palabras, y va hablando solo por ahí, me han recordado a Taxy Driver, con Robert de Niro hablando delante del espejo. Yo misma hice algo parecido, una de las primeras veces que me travestí, me puse a la defensiva como si se estuvieran metiendo conmigo. ¿Con quién hablan los hombres cuando están solos delante del espejo? ¿De qué o de quién se defienden? Parece que es algo muy interiorizado sobre la masculinidad, ser un chulito y un descarado con los demás, especialmente con las mujeres. Willy se encara con una mujer que casi lo atropella en un paso de cebra, y más tarde lo vemos piropear a una mujer por la calle. Pero no os hagáis ilusiones, que la atracción por las mujeres queda fuera de su alcance. En unos días vemos a Willy convertido en un adolescente rabioso, gritando por la casa y pegando leches a los sofás y las paredes. Yo me preguntaría qué le pasa, por qué está tan enfadado, al margen de que sea chico o chica. Pero el padre se encarga de tranquilizar a la madre. Lo que habría sido preocupante en una niña, está bien visto en un niño. 



La violencia del mundo de los hombres me ha sorprendido bastante, llega a ocupar gran parte de su vida como chico: tanto entrenarse para saber defenderse, como todas las peleas que tiene con los matones y las tareas que estos les mandan hacer, hasta que llega un punto en el que Willy no puede más y dice "¡no me he convertido en chico para ser un gallina!"

Padres


Los padres de Willy/Milly son muy curiosos. La madre es la típica ama de casa sumisa, aunque tiene sus toques de humor y sus momentos de enfrentarse a su marido. Primero se dedica a intentar convertir a su hija en una mujer. Luego, cuando adquiere un nuevo sexo, rechaza la idea de pleno y discute con su marido: "la idea de que ella sea un hombre es ridícula". A lo que él contesta "yo soy un hombre, ¿acaso soy ridículo?". La cámara permanece fija en el primer plano del marido, pero por la cara que pone, puedo adivinar que su mujer piensa que lo es. Más tarde, cuando el padre está intentando enseñar a Willy a ser violento, ella lo intenta detener y se interpone entre ambos: "¿devolver el golpe? ¡Jamás! ¡No quiero que ella se pelee con chicos!" (aquí todavía está aceptando el cambio de género). Cuando Willy grita que no quiere pegarse con nadie, y añade "los chicos son animales y yo no me quiero convertir en uno", la madre mira hacia arriba y dice "gracias, por Dios".



El padre es el que se lleva la palma, su masculinidad es caricaturesca. Cuando intenta convencer a su mujer de que tengan un hijo, se la lleva en brazos a la cama. En varias ocasiones lo vemos desautorizar a su mujer, haciendo ver que lo que ha dicho ella es ridículo o que es una ignorante: cuando Willy está rabioso perdido por la casa, y la madre le dice "lo estás convirtiendo en un drugstore hooligan" (un tipo de gamberro), él le contesta que ahora no se llaman así, sino computer hooligans, y que ella no tiene ni idea de nada, y se ríe. Y con eso corta la discusión.



Habría sido interesante conocer un poco más cómo es la relación con sus padres y cómo cambia la relación con su madre. Vemos mucho al padre, la madre está más en segundo plano. Quizá el autor refleja en la historia su relación con su padre.


El amor


Pronto aparece una nueva preocupación en la vida de Willy: el interés sexual. Por un lado, sus amigos comparten revistas porno, hablan de sexo y de enrollarse con chicas, y él hace como que le gustan las chicas, aunque se ve que se lo está inventando todo. Le enseñan su guarida y sus trucos para acercarse las a chicas. Le cuentan sus problemas para entender a las chicas. Y Willy les lleva la contraria alguna vez, en lo que respecta a sus concepciones sobre las mujeres. Por ejemplo, cuando dicen que, una vez has pasado la noche con una chica y vais a tener intimidad, que queda mal decirle que te apetece acostarte con ella. En ese momento se inventa una mentira y dice que se ha acostado con muchas mujeres para justificar sus conocimientos en materia femenina. Y también para jugar la carta del "fucker" y hacerse el guay con sus amigos. Pero como aún no ha tenido relaciones, ese tema le va un poco grande, y no puede hacer el papel del chico feminista que enseña a sus amigos a relacionarse de manera igualitaria con las mujeres (que habría sido un puntazo).

¿Y con quién quiere tener relaciones Willy? Lo cierto es que la película se las apaña para alejar todo atisbo de homosexualidad del guión. Por un lado, la hermana del matón está interesada en Willy, y no para de tirarle la caña hasta que consigue tener una cita con él. A Willy no se lo ve nada interesado en ella, pero accede, supongo que porque tanto sus padres le empujan a hacerlo -cuando la madre le anima a que se fije en las mujeres - como sus amigos - venga, tío, tienes que follártela, es la hembra alfa del instituto. Disfruta de los gestos como pedirle salir "hey nena, quieres salir conmigo?" o abrirle la puerta del coche para que salga. Pero a la hora de la intimidad física, se echa atrás. Cuando la chica se intenta enrollar con él, Willy la frena y le dice que no puede enrollarse con ella sin conocerla mejor. Me ha parecido un detalle muy tierno. Willy no ha crecido objetualizando a las mujeres y valorándolas solo por su físico, le interesa el interior. Pero en el caso de la chica, parece que no es muy interesante. Willy evita besarse con ella, y también evita el acercamiento de su amiga Stephanie, que de repente se siente atraída cuando cambia de sexo (eso me pareció muy curioso...). Y con la que, por cierto, se porta como un imbécil. Antes eran super amigas, y desde que se convierte en chico, a ella le empieza a gustar él, y él se muestra frío con ella y la trata mal delante de sus amigos. Parece que chicos y chicas no puedan ser amigos. En cualquier caso, habría sido interesante explorar las relaciones con mujeres, ya que habría conectado con el deseo lésbico y particularmente la identidad butch. Pero no está en los planes de quien escribió la historia.




La historia ha dispuesto que Milly realmente es una mujer que quiere jugar a ser un hombre para liberarse un rato, pero que luego volverá al redil. Y el señuelo para que vuelva a su lugar es Alfie, el chico que va en silla de ruedas, que se ha convertido en su mejor amigo. Os cuento brevemente cómo va la cosa entre ellos. Desde que se conocen, tienen una buena conexión: hablan de no entender a las mujeres, Willy le pregunta cuál es su tipo de mujer, le enseña su revista porno... luego le cuenta que podría recuperar la movilidad de las piernas yendo a terapia, pero que le da miedo intentarlo y que no funcione; se acaban insultando (?) pero Willy le defiende delante de los insultos del matón. Luego, cuando Alfie le está enseñando su guarida, escenifica con él lo que hace con las chicas, y le pide a Willy que haga de chica. Willy aprovecha para tirarle la caña. y decirle que es un tío muy majo. Como los tíos no se pueden dar muestras de afecto entre ellos, necesita estar haciendo de mujer para decirle "you're a really nice guy" (eres un chico encantador). Luego tienen una escena muy graciosa en la que Alfie lo va a buscar a casa, y no puede subir porque hay escaleras, pero Willy se lo lleva a corderetas y consigue subirlo. Creo que es en ese momento de contacto físico, en el que Willy acaba sentado en el regazo de Alfie, cuando éste se da cuenta de que le gusta y se empieza a rallar. Pero la película no nos va a mostrar un desenlace romántico gay. No. Lo que va a pasar es que Alfie se intenta distanciar de Willy, huyendo de esa atracción (dice que tiene deseos "contra natura") y que Willy le acabará confesando que antes era una chica.




Me recuerda a otras películas como Víctor Victoria, Yentl o Ich will kein Mann sein. Los chicos por los que las protagonistas acaban renunciando a su masculinidad... se enamoran de ellas - o de su versión masculina - porque, en el fondo, las protas son chicas. Sus amados no son gays ni bis, no sienten atracción por otros hombres. Solo por ellas. Y son los que las desenmascaran.

Y esta historia podría haber tenido un final distinto, en el que Willy le dice: sí, yo antes era una chica, ahora soy un chico, y quiero seguir siéndolo, pero me gustas, intentémoslo. Y que, cuando les dan una lección a los chulitos de instituto para vengarse por todo lo que les han hecho, Willy le plante un beso en los morros a Alfie delante de todo el mundo.

O que le diga: "mira, estoy experimentando con mi género, antes era una chica, ahora soy un chico, no sé qué seré mañana, la identidad es fluida."

O incluso: "oye, conozco a un chico que vende unos conjuros para cambiar de sexo, ¿no te apetece explorar tu lado femenino?

Pero la comedia romántica cishetero habría habría dejado de ser cishetero.


Vuelta a la normalidad


Willy vuelve a ser Milly gracias a una magia muy parecida a la que le convirtió en hombre. Al final de la película, la vemos aparecer en el baile, junto con su amiga Stephanie, vestida con zapatos, pantalones, camiseta de tirantes, pendientes, maquillaje y su pelo corto. Ambas se acercan a los amigos de Willy (que ahora se presenta como Milly). Milly y Alfie se van andando juntos y Alfie le pide salir. En las historias, suele haber una transformación del personaje en la que acaba aprendiendo algo. Y yo me pregunto.... ¿qué ha aprendido Willy / Milly? Después de todo lo que ha experimentado como hombre... ¿vuelve a su situación inicial por amor? Me viene muy al pelo la frase de Judith/Jack Halberstam, en su capítulo dedicado a las "Butches en el cine": "La mayoría de películas que incluyen a mujeres vestidas de hombre son intentos de reconciliar a la mujer masculina con su papel en la sociedad". La película parece decirnos que, al final, Milly aprende que tiene que ser una mujer para poder estar con un hombre.




Cuerpos híbridos


He echado en falta que la historia hiciera más hincapié en la relación de Milly/Willy con su cuerpo. Es muy inocente en ese sentido, supongo que, en parte, porque se trata de una película para todos los públicos. Willy desea ser un chico, a la mañana siguiente tiene pene, los médicos dicen que tiene ambos sexos, y ya no se vuelve a hablar del tema. Solo vemos a Willy interactuar con sus genitales cuando va al baño (primero se equivoca y se mete en el de mujeres, luego va al de hombres y se pone a mear con chulería entre dos maromos). A mí no me ha quedado muy claro si es que su cuerpo se ha transformado mágicamente en cuerpo de chico (sin tetas, sin caderas) o es que simplemente a lo que tenía se le ha añadido un pene.

Si fuera el primer caso, y su cuerpo se hubiera transformado en un cuerpo masculino por arte de magia... habría sido interesante explorar un poco más su relación con su nuevo cuerpo. Vemos a Willy entrenar duro, Stephanie dice que le ha cambiado el olor... pero eso es todo. Si no fuera una peli que tuviera que ser apta para menores de edad, habría sido muy interesante ver cómo se siente Willy con su nuevo pene. Con todo lo que representa el pene en nuestra sociedad. Quizá el problema no sea solo el límite de edad, sino lo que tiene de "peligroso". Una mujer que haya experimentado tener pene podría cogerle el gustillo y cuestionarse las relaciones sexuales heterosexuales o su propio cuerpo... Por ejemplo, si la noche en la que Stephanie se queda a dormir con él lo hubieran hecho (cosa que a los padres no les habría parecido tan mal, siempre que usara protección), podría haber accedido a una liberación sexual mucho mayor de la que le estaría permitida como chica.

Me atrae más la idea, sin embargo, de que Willy/Milly no se hubiera transformado del todo, y que conservara su vagina, sus pechos y sus caderas. Fijaos qué diferente podría haber sido la historia. Habría podido acercarse más a la realidad de los chicos trans: como nos muestran las películas "3 Generaciones" o "Los chicos no lloran", en las que vemos a los protagonistas vendarse el pecho, hormonarse, usar dildos... y vemos también la disforia de género. Es cierto que son dramas, no comedias, pero esas narraciones sí que profundizan en los sentimientos de las personas trans, y profundizan en la relación con el cuerpo, porque es el territorio donde más intervienen las leyes sociales sobre los géneros. Esa es mi opinión. Los cuerpos trans cruzan las fronteras del género, cuestionan el binarismo, y cuestionan la relación entre el sexo y el género. Pero en la historia que nos ocupa hoy, todo se resume en los genitales. Ya se ve en los carteles de la película: una chica mirando dentro de sus pantalones con cara de sorpresa. El cartel nos dice que los genitales son lo más importante, lo que representa y valida su cambio, pero que se va a tratar como algo anecdótico, sin profundizar, solo para el momento de la sorpresa.






En resumen: hay que tener en cuenta el contexto, el año en el que se produjo, que es una comedia, blablabla... Pero como decía al comienzo del artículo, no parece que la historia haya sido escrita desde una perspectiva trans. Milly no está a disgusto con su cuerpo (no quiero decir que todas las personas trans tengan disforia de género), simplemente quiere probar a ser un chico para vivir con mayor libertad. Y en ese experimento encuentra nuevas maneras de vestir y de actuar, un grupo de amigos y una vía para expresar su ira, pero también encuentra violencia por parte de los matones y la imposición de la heterosexualidad obligatoria. Ante la posibilidad de perder al chico que le gusta, elige volver a su género asignado, y a su cuerpo de mujer. Y los espectadores cisheteros podrán dormir tranquilos. Realmente, creo que esta película habla más de las personas cisheteros que de las trans. Por la manera en la que exagera los roles de género y la rigidez de las relaciones entre géneros. Parece que el título encaja bastante bien con la expresión inglesa willy-nilly, que significa "de manera caótica, a tontas y a locas" y también significa "de manera obligatoria, se quiera o no". Milly se convierte en Willy de manera experimental  y trata de cumplir con lo que se espera de un chico normal, pero acaba volviendo al lugar que se espera de ella como mujer.