miércoles, 20 de mayo de 2020

Experimentos narrativos

Hoy os traigo un ejercicio que me gustaría poder hacer en mi taller de cómic habitual en el CSO Luis Buñuel, pero debido al confinamiento hemos parado las clases, así que voy a proponerlo a la comunidad virtual ;) Se trata de hacer un experimento narrativo: a ver cómo podemos contar una historia de maneras distintas. He desarrollado cuatro versiones con estilos narrativos distintos y en cada una explicaré cuáles son los elementos distintivos, qué efecto aportan a la narración y ejemplos de autores/as usan este estilo en sus cómics.

Os propongo una historia muy sencilla: un chico se despierta por la mañana en su casa, se ducha, se prepara el desayuno, desayuna y sale a la calle. Es una historia muy sencilla y cotidiana, vamos a ver cómo le podemos sacar jugo.


1- Acción a acción


Lo primero que he hecho cuando os he contado la historia ha sido visualizar las acciones en viñetas: una acción para cada viñeta, en total, cinco. Así que las he dibujado de la manera más clara posible, sin alardes visuales. He añadido una viñeta más para representar que se le acaba el café. Este es el resultado:


Esta podría ser una transcripción casi literal del enunciado. He añadido algunos detalles para representar los distintos espacios: el dormitorio, la ducha, la cocina, el salón. Este estilo narrativo es bastante neutro: no utiliza una composición dinámica ni unos tipos de plano y ángulos de cámara diferentes para darle efectismo a la historia ni para transmitir emociones. Al contrario: son todo planos medios y generales, y la composición es una rejilla de viñetas cuadradas. Nos conduce más bien a una sensación estática, un ritmo bastante monótono. Vemos lo que se ve desde fuera. No tenemos acceso a los pensamientos del personaje, ya que no hay bocadillos ni cartuchos de narrador; y su expresión es bastante neutra todo el tiempo. ¿Está feliz? ¿Está triste? Más bien parece que ni lo uno ni lo otro. Este estilo narrativo provoca en quien está leyendo un distanciamiento de los personajes. A algunas personas les podrá parecer "soso", pero hay autores que utilizan precisamente este estilo para transmitir la monotonía de la vida cotidiana y la apatía de unos personajes que viven vidas alienadas. Me recuerda a las historias casi sin diálogos de Jason, como "Hey, you"; o el cómic "Sabrina", de Nick Drnaso.

Una tira cómica del autor noruego Jason

"Sabrina", de Nick Drnaso



2- Riqueza visual


Ahora voy a hacer que el cómic sea más atractivo para la vista utilizando varios recursos del lenguaje de cómic: distintos tipos de plano y ángulos de cámara, y una composición más variada. Comienzo con un plano general de la habitación, algo picado, para que se vean más detalles y nos sirva para situar la acción en un escenario determinado: su casa. Después he dibujado la viñeta de la ducha con bordes irregulares (imitando gotas de agua que caen) y le he añadido una onomatopeya con un estilo de rotulación más expresivo. Además, he dibujado al chico girado hacia la izquierda... porque, si está mirando hacia afuera, saca la vista de la página. La mirada del chico y la orientación de su cuerpo ayuda a reforzar el flujo de lectura y hacer que la vista siga girando dentro de la página. Después he desarrollado la escena de la cocina en tres viñetas: una más grande, que establece el lugar; y dos más pequeñas que muestran el detalle del bote de café. Creo que en la primera página no se entendía bien que se le acababa el café y por eso he utilizado un plano detalle para resaltarlo en dos tiempos (verter el café en la cafetera y mirar el bote vacío con cara de pena). Empezamos a ver alguna emoción en el personaje, lo cual nos acerca a su psique. También he cambiado la acción de la viñeta principal: en lugar de mostrar al chico con el bote de café y una cuchara, lo he dibujado abriendo la cafetera, que quizá sea un gesto más reconocible (en la primera página salía la cafetera desmontada y no me parecía bastante claro). Ahora viene cuando la cámara da un giro sorprendente y en la viñeta 6 vemos el desayuno desde el punto de vista del chico. Esto es lo que se llamaría cámara subjetiva en cine. ¿Por qué me parecía interesante este plano? Porque nos acerca mucho más al personaje: nos mete en su cabeza, literalmente. Además que fija la atención en lo que está desayunando: vemos cómo el chico mira su desayuno desde sus ojos. En la última viñeta decidí jugar con el vapor que sale de la taza de café para proyectar una imagen mental, tal vez un recuerdo del chico. Aquí he utilizado otro recurso visual, de introducir el terreno de la imaginación por medio de una nube (podría haber sido un bocadillo de pensamiento, pero el vapor de la taza me venía bien para eso). Por último, dos comentarios sobre el entintado: mientras que en la primera página el chico está perfilado con un rotulador pincel de grosor medio y algunos detalles con otro más finito; en la segunda versión he añadido bordes gruesos a las viñetas 4 y 5 (los detalles del café) y unas líneas más finas al recuerdo de la viñeta 7. La variación de línea me ayuda a distinguir visualmente unas imágenes de otras. También hay mayor cantidad de negro en la mitad inferior de la página (si hubiera mucho negro arriba quedaría descompensado, ya que el negro tiene mucho peso visual, y la esquina inferior derecha tiene un sombreado ligero).

En conclusión: esta segunda versión juega con más recursos del lenguaje de cómic y nos comienza a meter en la mente del personaje. No sabemos del todo lo que está pensando, pero en el momento de desayunar, piensa en desayunar con otra persona, y es un pensamiento feliz. Quizá algún lector avispado relacione esa escena con la fotografía que cuelga en la pared en la viñeta 1.




3- Palabras

La segunda versión me estaba pidiendo palabras, a la par que me estaba sugiriendo una historia entre el personaje protagonista y una chica. Así que he desarrollado esta subtrama, por decirlo así, con cartuchos de narrador. Podría haberlo hecho en tercera persona, pero me ha parecido más apropiado hacerlo en primera persona, para que sea el propio chico quien nos muestre sus pensamientos: "Las semanas después de romper con ella fueron duras. Intentaba mantener la rutina para seguir adelante con mi vida. Lo único que conservaba de ella era la foto de cuando empezamos...". He intentado que las palabras dialoguen con las imágenes que acompañan, y he hecho algunas modificaciones en el dibujo. Las dos primeras frases (v1 y v2) nos introducen en la mente y la situación del chico y podrían ir acompañadas de cualquier imagen, realmente, porque son ellas las que llevan el peso de la historia. En cambio, en las viñetas 3 y 5, las palabras hacen referencia directa a las imágenes (de ahí el plano detalle de la foto y el plano medio del chico con el bote de café terminado). Como habéis visto, en las anteriores versiones tenía problemas para mostrar que se le había acabado el café, y tenía que usar varias viñetas; en cambio, en este caso, con ponerlo con palabras queda suficientemente claro, y podría incluso haberme ahorrado la viñeta 5.

Las viñetas 6 y 7 nos sacan un poco del presente y nos llevan a los recuerdos de su vida con la chica. En este caso, son las tostadas las que le hacen recordar, ya que era el desayuno favorito de su ex. La última viñeta nos describe el ambiente feliz que podíamos ver en el bocadillo de pensamiento (o el vapor de la taza): "era guay cuando desayunábamos juntos, sin prisa, después de pasar la noche juntos". Pero no solo lo describe sino que además nos aporta información extra (desayunar sin prisa, pasar la noche juntos). 

Al trabajar poniendo texto sobre una base que ya tenía dibujada, he intentado que las palabras no describieran meramente las imágenes (eso sería "palabras duales", según Scott McCloud, y sería redundante); sino que aporten información extra sobre las emociones del chico, o sobre los objetos como la foto, el café y las tostadas, y sobre los recuerdos. Como podéis ver, en esta tercera versión, cobran importancia los detalles que son relevantes para la historia personal: la foto, el café y las tostadas.

Por último, hay que destacar otro elemento añadido a la tercera versión: el color. He usado una gama de azules para dar un tono frío y nostálgico a la historia. No quería complicarme mucho, por eso he preferido hacerlo bitono (a veces siento que demasiados colores despistan).




Este estilo que combina varios recursos del lenguaje de cómic es el más habitual, yo diría.


4- Tiempo


Si en las anteriores versiones hemos ido jugando con las acciones, los tipos de plano y la composición, las palabras... esta vez vamos a jugar con el tiempo. Esto me parece más rompedor, ya que estamos acostumbrades a leer historias lineales (que van desde el principio hasta el final). En las versiones anteriores, hemos visto las acciones del chico en orden, desde que se levanta hasta que sale de casa (o, en las versiones 2 y 3, se queda colgado en sus recuerdos). Con cada nueva versión he ido profundizando en la mente del personaje y he decidido que lo importante va a ser su historia con la chica. Con lo cual, voy a empezar la narración en el momento del desayuno y voy a utilizar las tostadas como elemento que le hace recordar a su exnovia y le lleva a un flashback.

En el flashback vemos desarrollarse una escena corta de desayuno en la que su ex le da a probar las dichosas tostadas con mantequilla de cacahuete y plátano. Creo que desarrollar esta escena con diálogos, aunque requiera más viñetas, da mejor resultado, porque nos hace estar ahí; no nos da la misma sensación que si el chico nos estuviera contando lo que pasa desde los cartuchos de narrador. Para distinguir el flashback del tiempo presente, he utilizado varios recursos: no hay espacio entre viñetas, las líneas son finas, y cambia el color. Mientras que el presente es de un frío azul, el flashback está pintado con colores cálidos (además de que el naranja es el complementario del azul). He querido jugar un poco con el color, si os fijáis, en la segunda viñeta el plátano está pintado de amarillo. He dejado lo demás en azul para que destaque más: el plátano resalta con su color amarillo limón y nos conecta visualmente con los colores cálidos del flashback. Es como si el plátano estuviera pintado según otra temperatura de color emocional. Resumiendo, que al ser las tostadas las que conectan con el flashback, he hecho un plano detalle más cerrado y he pintado el plátano de amarillo para que resalte y conecte con el amarillo del flashback. 

En la tercera fila, volvemos al presente, y las palabras del narrador denotan un sabor amargo: "Mierda. Tengo que quitar la foto de la pared de mi cuarto de cuando empezamos a salir". El cambio de color al azul de nuevo va unido al cambio emocional, de la alegría y la relajación del flashback a la tristeza y soledad del presente. En la viñeta 8 vemos al chico con la mirada perdida, pensando que tiene que seguir adelante con su vida. La siguiente frase, "Y tengo que comprar café", nos trae de vuelta a la realidad y a su rutina, y terminamos con la viñeta 9 en la que se va a comprar y se despide de su gato.

La cuarta versión pone el foco en las emociones y pensamientos del personaje. He dejado de lado las acciones cotidianas que precedían al desayuno y he rescatado la excusa del café para salir de casa. En esta historia, nos metemos de lleno en su mente y en sus recuerdos. Todas estas imágenes quedan conectadas por el chico que nos hace de narrador, y con sus palabras nos va hilando las imágenes y pensamientos (las tostadas, su exnovia, la foto, el café...). En la última viñeta también le vemos acariciar al gato y hablarle cariñosamente, intuimos que acepta su situación y sigue con su vida.


Este estilo narrativo es uno de mis favoritos y lo he visto en muchas novelas gráficas que son autobiográficas, como Fun Home, de Alison Bechdel; o bien nos narran una historia a través de una persona que lee el diario de otra, como El azul es un color cálido, de Julie Maroh; o bien juegan constantemente con el tiempo, la realidad y la ficción, como los cómics de Charles Burns. Estas obras tienen en común que saltan del presente al pasado constantemente, y todo queda conectado por un narrador, que explora sus recuerdos y emociones. Cada autor tiene sus recursos para separar planos de la realidad: en El azul es un color cálido, el presente está pintado a todo color, mientras que el pasado es en blanco y negro con toques de azul que resaltan las cosas importantes (como el pelo de Emma). En Agujero negro, de Charles Burns (del que puedes leer una reseña en mi entrada anterior del blog), los recuerdos, sueños y alucinaciones llevan un borde ondulado en sus viñetas, y a veces las palabras del presente se meten en el pasado para facilitar la transición.


"Fun home", de Alison Bechdel, explora la infancia y juventud de la autora, su relación con su padre y su homosexualidad


"El azul es un color cálido", de Julie Maroh; una bella historia de amor entre dos mujeres y de aceptación de la propia sexualidad



"Agujero negro" de Charles Burns (puedes leer la reseña aquí)




En definitiva... a partir de una misma base, he desarrollado cuatro estilos narrativos distintos, cada uno resalta una serie de aspectos de la historia (acciones, detalles, palabras, recuerdos...). El objetivo de hacer este ejercicio de experimentos narrativos es salir de lo conocido y probar nuevas maneras de contar una historia. Para que la próxima vez que vayamos a dibujar un cómic, nos hagamos la pregunta "¿cómo quiero contar esta historia?" y tengamos presente los diferentes recursos que podemos utilizar y qué aportan a la narración. 



Sería genial poder hacer el ejercicio en una de mis clases de cómic y ver qué se le ocurre al alumnado, pero habrá que esperar al curso que viene. ¿Os ha inspirado y os han dado ganas de hacer vuestras propias versiones? ¿Se os ocurren otras maneras de contar historias? Podéis responderme en los comentarios o a través de las redes sociales. :)