Estoy teniendo dificultades para desarrollar el guión de este capítulo que nunca se acaba. Con deciros que voy por la página 25 y que todavía no he llegado al clímax de la escena... tengo coloreadas hasta la página 7, dibujadas, hasta la 14; y he hecho el storyboard de 9 más. Me da un poco de miedo pensar en la cantidad de trabajo que me va a costar terminar esto. El otro día, mientras dibujaba, estuve calculando cuánto me cuesta de media hacer una página de cómic. Concluí que tres horas. Esto se desglosa en: 10 min. para hacer el story, media hora para dibujarla, media hora para entintarla, media hora para colorearla, y lo que queda para escanearla y editarla por ordenador. Échale un poco más si estoy dormidilla... para hacer la comparación, en clase de Dibujo hacíamos dibujos a carboncillo de tres horas (50x70 cm), y si eran muy currados, estábamos el doble de tiempo.
Scott McCloud, en su libro Hacer cómics, que para este proyecto es como la Biblia, habla de las decisiones que tiene que tomar un dibujante cuando se enfrenta a la hoja en blanco. Las reduce a cinco: elección de momento, elección de encuadre, elección de imagen, elección de palabra y elección de flujo. Es decir, qué imágenes voy a utilizar en cada viñeta (qué acciones, qué encuadres, qué elementos van a aparecer); con qué palabras voy a combinarlas (que complementen la imagen o que la contradigan, o que sean redundantes); y cómo se van a organizar las viñetas en el orden de lectura de la página.
Scott McCloud: Hacer cómics
Creo que mi problema para tomar estas 5 decisiones adecuadamente es que todavía no he encontrado mi lenguaje de cómic... especialmente en lo que se refiere a la combinación de palabras con imágenes. Siento que soy esclava de la palabra. Me explico: entre los bocetos que hacía, por ejemplo, en el cuaderno de apuntes del máster, había dibujos muy buenos; mis amigos me decían que les gustaban más que lo que luego hacía en el cómic. Eso me pasaba porque en ese cuaderno los dibujos eran libres. No tanto porque fueran para mí, y a veces dibujara cosas perversas que no tienen cabida en el guión; sino porque los dibujos eran autónomos, pocas veces dibujaba una secuencia, simplemente me venía la inspiración y dibujaba un momento de la escena que contenía todo el encanto y toda la emoción de ese momento. Y no necesitaba ninguna palabra para expresarlo.
No os emocionéis...esto no está en el guión...
En cambio, miro los dibujos de esta escena y les falta vidilla... y les sobran palabras...
Mi experiencia como narradora proviene, principalmente, de los cuentos que he escrito desde la adolescencia, y del cortometraje que realicé el año pasado. Cuando estoy imaginando una escena, la veo en mi cabeza como una película. Luego, a la hora de hacer el story, no puedo evitar poner la mirada cinematográfica, y al dibujar una viñeta, pienso "este personaje se levanta y sale por la puerta, mientras dice tal cosa, echando una mirada de nostalgia a su alrededor". Y claro, dime tú cómo cabe eso en una viñeta U^_^ y además tengo esta escena en particular que es todo diálogo. Me las tengo que ingeniar para hacer algo más que un plano-contraplano, para que no cansar al lector, para no saturar las viñetas de bocadillos de texto... creo que, si esta escena fuera una película, sería una película "lenta". Y a la gente no le suelen gustar las pelis lentas.
storyboard
También me preocupo porque me empeño en compararme con otros... ahora mismo estoy leyendo Ranma 1/2, un manga que es todo acción, tiene un ritmo trepidante, cada dos páginas, ¡pim, pam pum!, sucede algo, alguien pega una torta, alguien se transforma en panda o alguien entra por la puerta diciendo: "Ranma Saotome, te voy a matar!". Claro, es el extremo opuesto a lo que estoy haciendo ahora... Ranma es un cómic con el que te ríes un montón, y mantiene un ritmo muy alto que te hace difícil dejar de leer; pero su argumento se basa en emociones muy básicas, personajes previsibles y clichés - jejeje, cliché era una palabra que usaba mucho mi profesora de audiovisuales, aunque para ella eran lo peor que existía...-
típico giro de acción de Ranma 1/2
En fin, que tengo que encontrar el equilibrio entre la palabra y la imagen y conseguir un lenguaje que sea fluido a la par que profundo. Porque eso es precisamente lo que echaba de menos en el cómic cuando empecé Otoño: la profundidad y la complejidad que encontraba en el terreno del cine o de las novelas. Así que voy a intentar dejar de compararme con Ranma... De momento, lo mejor que puedo hacer es meter de vez en cuando alguna bromita para aligerar la escena, y cambiar el escenario de la casa; porque si no, todo un capítulo de Isa y Nacho hablando en el sofá... me moriría de aburrimiento dibujándolo.
La referencia del libro sobre cómic es:
McCLOUD, Scott. Hacer cómics. Secretos narrativos del cómic, el manga y la novela gráfica. 2012, Astiberri. ( Concretamente, el capítulo uno: Escribir con imágenes [pp. 8-53]).
a por ellos que son de goma!! seguro que luego te sorprendes y nos sorprendes
ResponderEliminarCamila.