Desastre
Es un cómic publicado por Astiberri en 2018 y realizado por Mamen Moreu. Berta es una chica que parece tenerlo todo: trabajo, casa y novio; y sin embargo, en las tres primeras páginas vemos que su vida es un desastre: odia su trabajo, su jefe es un dictador explota a las trabajadoras; apenas tiene vida social y su relación con su novio, con el que lleva desde la universidad, ha caído en la monotonía y solo hablan para discutir. Berta está amargada porque no encaja en el ideal de vida adulta que nos han vendido: el trabajo, la vivienda y la pareja estable, que se suponen que garantizan la seguridad y la felicidad, no le llenan, sino que le hacen infeliz. A lo largo del cómic vamos viendo cómo la situación se vuelve insostenible para Berta hasta que lo deja todo: el trabajo, el novio y la casa. Después de que su mundo se rompa, tiene que encontrarse a sí misma.
Hay muchos temas que me gustaría comentar sobre el cómic. Creo que el primero es la facilidad con la que se lee, ya que el ritmo narrativo es muy acertado. Es ligero cuando nos narra los acontecimientos de la vida de Berta (el trabajo, las amigas, la pareja, la familia...) y a veces se ralentiza para abrirnos una ventana a los sentimientos de la protagonista. Mamen Moreu utiliza para ello viñetas de página completa sin texto que paran el tiempo, y recurre a metáforas visuales. Si en su primer cómic Resaca los pensamientos de la protagonista se mostraban a través de ponis de colores, en Desastre toman la forma de alienígenas que representan sus emociones o el lado monstruoso de los demás. También la vemos hacerse diminuta en una cama enorme, cuando se queda sola y bañarse desnuda en la naturaleza. Otro recurso que me ha gustado mucho para detener el tiempo es el contrario: representar una secuencia de acciones (el ritual de Berta y su novio, Hugo, antes de irse a dormir) y sus pensamientos, acompañados de colores según si se trata de tristeza o enfado.
Uno de los problemas a los que se enfrenta Berta es la crisis de su relación. Me ha gustado la naturalidad con la que representa Mamen la vida cotidiana de la pareja: las conversaciones mientras cenan, las discusiones domésticas... En la presentación que hizo en el Salón del Cómic de Zaragoza, Mamen comentó que eran los pequeños detalles los que hacían que la gente se identificara con una historia. Como discutir sobre la manera correcta de tender la ropa o quién limpia mal el váter. No todo el mundo ha pasado por lo mismo que la protagonista, pero es más probable que hayan tenido ese tipo de discusiones. Me ha gustado que sea realista en ese sentido, nada parecido al amor romántico, y que muestre los sentimientos de ambos personajes, con su complejidad: pese al cariño que se tienen, ya no sienten amor, y aun así les da miedo separarse después de tantos años juntos.
Otro aspecto que me ha gustado es el realismo a la hora de representar los cuerpos. Bueno, quizá realismo no es la palabra adecuada para el estilo de dibujo de Moreu, que es caricaturesco. A pesar de eso, los cuerpos que aparecen representados son creíbles, imperfectos, bellos y graciosos, a su manera. Se agradece ver a una protagonista como Berta, con sus ojeras, su tripita y sus muslos. Los brazos ya no son siempre espaguetis alargados (como en Resaca) sino solo en momentos de intensidad emocional. Curiosamente, las tetas también tienen una función expresiva.
Otro tema con el que me he sentido identificada ha sido el del mundo laboral y la dictadura de la felicidad impuesta por la coach. Creo que mucha gente se puede ver reflejada en el trabajo de Berta, ya sea por el trabajo de cara al público, o por el jefe que te explota y encima le tienes que dar las gracias por darte trabajo. Aunque este cómic esté más centrado en la vida de la protagonista y su mundo interior, Moreu hace una crítica muy acertada a los trabajos precarios y esclavos, donde no se trata con respeto al personal y se lo ve como un número, un objeto. Como para no estar al borde de una crisis nerviosa. Y la gota que colma el vaso es la coach que han contratado para aumentar la productividad, que no para de repetirles que tienen que estar felices y sonreír, pase lo que pase, han de estar motivadas y repetir las frases de Mr. Wonderful como si fueran un mantra. Recuerdo la portada de un libro titulado "Happycracia", no lo he leído pero me encantó el concepto, creo que es muy acertado. Yo también siento que la sociedad te exige estar feliz constantemente, los muros de las redes sociales son como escaparates donde la gente muestra (o demuestra) su felicidad, los objetos de consumo te prometen alcanzar la felicidad, pase lo que pase has de estar siempre feliz, y si no, eres un fracaso. Aunque te hagan bullying, aunque no encuentres trabajo, o si lo encuentras, sea precario y con unas condiciones malísimas; aunque tu pareja o familia te maltrate, o sufras discriminación por tu orientación sexual, raza o género... has de sonreír constantemente. Y lo más fuerte es que, si no eres feliz, la culpa la tienes tú. Eres una fracasada por no poder estar suficientemente motivada y feliz. Se nos exige que gestionemos las emociones pero no se nos ha dado una educación emocional, ni tampoco está bien visto ir a terapia psicológica. Es para volverse loco/a. Esta dictadura de la felicidad te hace responsable de tu felicidad y pasa por alto las causas externas que te pueden sacar de la nube. Encaja perfectamente con la perspectiva capitalista según la cual cada persona es responsable individualmente de su éxito. Pero resulta que no somos indestructibles, tenemos más sentimientos además de la felicidad; tampoco somos islas y dependemos de los demás. Tenemos que aprender a gestionar nuestras emociones y aceptarlas, la tristeza o la ira nos avisan de que algo va mal, la tristeza responde a una pérdida y la ira, a que alguien está sobrepasando nuestros límites. Vivimos en una continua exhibición de felicidad, y si no la tenemos, parece que podemos comprarla en las próximas rebajas o a golpe de pastilla, y sin embargo, cada vez hay más gente que sufre de depresión y ansiedad. Y también hay quien lleva un estilo de vida rápido para no pensar, se evade para no pensar. Los alienígenas que aparecen alrededor de Berta nos alertan de que está perdiendo la cordura. Finalmente se rebela contra la coach y acepta su frustración y su desastre de vida, que es el primer paso para mejorarla y encontrarse a sí misma. Afortunadamente, no está completamente sola - tiene a sus amigas.
Ellas serán el apoyo que necesita para mantenerse a flote después de haber naufragado. Desastre es el diario de una crisis vital y una crisis de valores, la de una chica que creía que tenía la vida perfecta hasta que se vuelve insoportable. Nuestra heroína tendrá que aprender a estar sola y a estar a gusto consigo misma, cambiar de vida y salir adelante. Es un mensaje muy bonito. Es un relato muy bello sobre tocar fondo y levantarse haciéndose más fuerte.
Hay muchos temas que me gustaría comentar sobre el cómic. Creo que el primero es la facilidad con la que se lee, ya que el ritmo narrativo es muy acertado. Es ligero cuando nos narra los acontecimientos de la vida de Berta (el trabajo, las amigas, la pareja, la familia...) y a veces se ralentiza para abrirnos una ventana a los sentimientos de la protagonista. Mamen Moreu utiliza para ello viñetas de página completa sin texto que paran el tiempo, y recurre a metáforas visuales. Si en su primer cómic Resaca los pensamientos de la protagonista se mostraban a través de ponis de colores, en Desastre toman la forma de alienígenas que representan sus emociones o el lado monstruoso de los demás. También la vemos hacerse diminuta en una cama enorme, cuando se queda sola y bañarse desnuda en la naturaleza. Otro recurso que me ha gustado mucho para detener el tiempo es el contrario: representar una secuencia de acciones (el ritual de Berta y su novio, Hugo, antes de irse a dormir) y sus pensamientos, acompañados de colores según si se trata de tristeza o enfado.
Uno de los problemas a los que se enfrenta Berta es la crisis de su relación. Me ha gustado la naturalidad con la que representa Mamen la vida cotidiana de la pareja: las conversaciones mientras cenan, las discusiones domésticas... En la presentación que hizo en el Salón del Cómic de Zaragoza, Mamen comentó que eran los pequeños detalles los que hacían que la gente se identificara con una historia. Como discutir sobre la manera correcta de tender la ropa o quién limpia mal el váter. No todo el mundo ha pasado por lo mismo que la protagonista, pero es más probable que hayan tenido ese tipo de discusiones. Me ha gustado que sea realista en ese sentido, nada parecido al amor romántico, y que muestre los sentimientos de ambos personajes, con su complejidad: pese al cariño que se tienen, ya no sienten amor, y aun así les da miedo separarse después de tantos años juntos.
Otro aspecto que me ha gustado es el realismo a la hora de representar los cuerpos. Bueno, quizá realismo no es la palabra adecuada para el estilo de dibujo de Moreu, que es caricaturesco. A pesar de eso, los cuerpos que aparecen representados son creíbles, imperfectos, bellos y graciosos, a su manera. Se agradece ver a una protagonista como Berta, con sus ojeras, su tripita y sus muslos. Los brazos ya no son siempre espaguetis alargados (como en Resaca) sino solo en momentos de intensidad emocional. Curiosamente, las tetas también tienen una función expresiva.
Otro tema con el que me he sentido identificada ha sido el del mundo laboral y la dictadura de la felicidad impuesta por la coach. Creo que mucha gente se puede ver reflejada en el trabajo de Berta, ya sea por el trabajo de cara al público, o por el jefe que te explota y encima le tienes que dar las gracias por darte trabajo. Aunque este cómic esté más centrado en la vida de la protagonista y su mundo interior, Moreu hace una crítica muy acertada a los trabajos precarios y esclavos, donde no se trata con respeto al personal y se lo ve como un número, un objeto. Como para no estar al borde de una crisis nerviosa. Y la gota que colma el vaso es la coach que han contratado para aumentar la productividad, que no para de repetirles que tienen que estar felices y sonreír, pase lo que pase, han de estar motivadas y repetir las frases de Mr. Wonderful como si fueran un mantra. Recuerdo la portada de un libro titulado "Happycracia", no lo he leído pero me encantó el concepto, creo que es muy acertado. Yo también siento que la sociedad te exige estar feliz constantemente, los muros de las redes sociales son como escaparates donde la gente muestra (o demuestra) su felicidad, los objetos de consumo te prometen alcanzar la felicidad, pase lo que pase has de estar siempre feliz, y si no, eres un fracaso. Aunque te hagan bullying, aunque no encuentres trabajo, o si lo encuentras, sea precario y con unas condiciones malísimas; aunque tu pareja o familia te maltrate, o sufras discriminación por tu orientación sexual, raza o género... has de sonreír constantemente. Y lo más fuerte es que, si no eres feliz, la culpa la tienes tú. Eres una fracasada por no poder estar suficientemente motivada y feliz. Se nos exige que gestionemos las emociones pero no se nos ha dado una educación emocional, ni tampoco está bien visto ir a terapia psicológica. Es para volverse loco/a. Esta dictadura de la felicidad te hace responsable de tu felicidad y pasa por alto las causas externas que te pueden sacar de la nube. Encaja perfectamente con la perspectiva capitalista según la cual cada persona es responsable individualmente de su éxito. Pero resulta que no somos indestructibles, tenemos más sentimientos además de la felicidad; tampoco somos islas y dependemos de los demás. Tenemos que aprender a gestionar nuestras emociones y aceptarlas, la tristeza o la ira nos avisan de que algo va mal, la tristeza responde a una pérdida y la ira, a que alguien está sobrepasando nuestros límites. Vivimos en una continua exhibición de felicidad, y si no la tenemos, parece que podemos comprarla en las próximas rebajas o a golpe de pastilla, y sin embargo, cada vez hay más gente que sufre de depresión y ansiedad. Y también hay quien lleva un estilo de vida rápido para no pensar, se evade para no pensar. Los alienígenas que aparecen alrededor de Berta nos alertan de que está perdiendo la cordura. Finalmente se rebela contra la coach y acepta su frustración y su desastre de vida, que es el primer paso para mejorarla y encontrarse a sí misma. Afortunadamente, no está completamente sola - tiene a sus amigas.
Ellas serán el apoyo que necesita para mantenerse a flote después de haber naufragado. Desastre es el diario de una crisis vital y una crisis de valores, la de una chica que creía que tenía la vida perfecta hasta que se vuelve insoportable. Nuestra heroína tendrá que aprender a estar sola y a estar a gusto consigo misma, cambiar de vida y salir adelante. Es un mensaje muy bonito. Es un relato muy bello sobre tocar fondo y levantarse haciéndose más fuerte.
Dolores y Lolo
Dolores y Lolo comenzó como una publicación en el Jueves en 2016, con ilustraciones de Mamen Moreu y guión de Iván Batty. Personalmente, no suelo leer el Jueves, aunque simpatice con la revista, porque muchos de los chistes me parecen de mal gusto (bromas machistas, homófobas, racistas...) y la verdad es que se agradece que la revista se haya preocupado por hacer un humor más inclusivo. Mientras que en Desastre la parte de crítica social estaba más diluida en las vivencias de la protagonista, en Dolores y Lolo la carga política tiene un gran peso, mientras que la evolución de los personajes se prolonga más en el tiempo. Todo comienza con un choque generacional: Lolo, la nieta de Dolores, tiene que irse a vivir con su abuela cuando la empresa para la que trabajaba quiebra y se queda en paro. Al principio parece que son muy distintas y que no van a poder convivir: la abuela tiene una mentalidad conservadora y rechaza muchos aspectos de su nieta: que tenga novia, que también tenga novio, que sea vegana, que no se depile... Sin embargo, poco a poco la abuela (y sus amigas) van abriéndose de mente y dan un cambio sorprendente.
Uno de los aspectos más llamativos de este cómic es la diversidad de personajes que aparecen representados, se nota que los creadores se han esforzado en formar un grupo diverso: una mujer trans, una chica bisexual y poliamorosa, bolleras, una pareja de gays, uno de ellos es musulmán y de origen árabe, un novio que no representa la masculinidad tradicional, una dómina gordita... me ha encantado la naturalidad con la que muestran las realidades de estos personajes. Cómo la abuela Trini le echa piropos racistas al Hamid, el novio musulmán de su nieto, y cómo el nieto (Lucas) tiene que lidiar con una abuela homófoba; las aventuras locas de Stela, la mujer trans, que se acuesta con todo lo que pilla; el sexo lésbico no aparece representado como un fetiche para los hombres, sino con naturalidad y humor; la idiosincrasia del poliamor, con su complejidad; las prácticas sexuales fuera de lo normativo...
Aunque antes haya dicho que los personajes de este cómic evolucionan menos que Berta en Desastre, hay un grupo que experimenta un cambio alucinante: las abuelas. El grupo formado por Dolores (la abuela de Lolo), Juana y Trini es uno de los más graciosos. Al comienzo de la historia juegan el papel de la abuela tradicional, en sus partidas de brisca comentan las locuras que hacen Lolo y sus amigos. Pero no son unas abuelas conformistas, también están hartas de todo lo que han sufrido y lo que han perdido en una vida de dedicación al matrimonio y a la familia. Poco a poco, Dolores va entendiendo a Lolo y van teniendo más complicidad: le hace croquetas veganas, se preocupa por sus amigas, bromean sobre hacer atentados contra el gobierno... Este arco de desarrollo culmina con un viaje a Benidorm en el que las abuelas se liberan... En la presentación que hicieron en el Salón del Cómic, Iván (guionista) comentaba que había querido meter a las abuelas en la historia para que el público que no estaba familiarizado con todas estas "cosas modernas" (el poliamor, veganismo, diversidad sexual, etc) se pudiera identificar con ellas y de esa manera no le chocara tanto la historia.
Otro de los aspectos que más me ha gustado de este libro es que se trate el poliamor, de manera práctica, que se muestre la complejidad de una relación abierta. La comunicación o la falta de comunicación, los celos, las inseguridades... y no solo el sexo, que es lo que la mayoría de la gente se imagina cuando piensa en la palabra "poliamor". Me ha gustado que se traten también las emociones, con sus contradicciones. Por ejemplo, Lolo tiene una novia desde hace varios años (Mar) y lleva un tiempo saliendo con Alberto. Además, se acuesta con chicas esporádicamente. Pero cuando su novia le dice que se va a vivir con su otra novia (Cris), Lolo no lo lleva nada bien. La relación de Lolo y Mar es otro de los arcos narrativos que me han parecido más interesantes; se trata de una relación un poco gastada, Lolo piensa que han perdido la pasión, y discuten a menudo. Me ha gustado mucho que se muestre la relación con toda su complejidad, nada parecido al amor romántico. De hecho, en el libro se lo critica abiertamente, así como a la masculinidad tradicional.
En definitiva, se trata de un libro de humor inteligente sobre temas con los que me siento muy identificada: el feminismo, la diversidad sexual y de género, la crítica al capitalismo y a la sociedad española, el veganismo, el poliamor, las nuevas masculinidades... Mamen e Iván hacen humor inteligente, una crítica bien fundada, hay frases muy buenas, como la de "escoger a nuestros amos no nos hace menos esclavos". Es un cómic que te divierte y te hace pensar, y me parece que esa es un arma muy potente. Si Lolo es capaz de conseguir la complicidad de su abuela, quizá sus ideas lleguen a abrir la mente a muchas personas más.
Aunque antes haya dicho que los personajes de este cómic evolucionan menos que Berta en Desastre, hay un grupo que experimenta un cambio alucinante: las abuelas. El grupo formado por Dolores (la abuela de Lolo), Juana y Trini es uno de los más graciosos. Al comienzo de la historia juegan el papel de la abuela tradicional, en sus partidas de brisca comentan las locuras que hacen Lolo y sus amigos. Pero no son unas abuelas conformistas, también están hartas de todo lo que han sufrido y lo que han perdido en una vida de dedicación al matrimonio y a la familia. Poco a poco, Dolores va entendiendo a Lolo y van teniendo más complicidad: le hace croquetas veganas, se preocupa por sus amigas, bromean sobre hacer atentados contra el gobierno... Este arco de desarrollo culmina con un viaje a Benidorm en el que las abuelas se liberan... En la presentación que hicieron en el Salón del Cómic, Iván (guionista) comentaba que había querido meter a las abuelas en la historia para que el público que no estaba familiarizado con todas estas "cosas modernas" (el poliamor, veganismo, diversidad sexual, etc) se pudiera identificar con ellas y de esa manera no le chocara tanto la historia.
Otro de los aspectos que más me ha gustado de este libro es que se trate el poliamor, de manera práctica, que se muestre la complejidad de una relación abierta. La comunicación o la falta de comunicación, los celos, las inseguridades... y no solo el sexo, que es lo que la mayoría de la gente se imagina cuando piensa en la palabra "poliamor". Me ha gustado que se traten también las emociones, con sus contradicciones. Por ejemplo, Lolo tiene una novia desde hace varios años (Mar) y lleva un tiempo saliendo con Alberto. Además, se acuesta con chicas esporádicamente. Pero cuando su novia le dice que se va a vivir con su otra novia (Cris), Lolo no lo lleva nada bien. La relación de Lolo y Mar es otro de los arcos narrativos que me han parecido más interesantes; se trata de una relación un poco gastada, Lolo piensa que han perdido la pasión, y discuten a menudo. Me ha gustado mucho que se muestre la relación con toda su complejidad, nada parecido al amor romántico. De hecho, en el libro se lo critica abiertamente, así como a la masculinidad tradicional.
En definitiva, se trata de un libro de humor inteligente sobre temas con los que me siento muy identificada: el feminismo, la diversidad sexual y de género, la crítica al capitalismo y a la sociedad española, el veganismo, el poliamor, las nuevas masculinidades... Mamen e Iván hacen humor inteligente, una crítica bien fundada, hay frases muy buenas, como la de "escoger a nuestros amos no nos hace menos esclavos". Es un cómic que te divierte y te hace pensar, y me parece que esa es un arma muy potente. Si Lolo es capaz de conseguir la complicidad de su abuela, quizá sus ideas lleguen a abrir la mente a muchas personas más.